Antes de partir, se organizaron grupos de cinco estudiantes con un líder, quien se encaría de dirigir y cordinal la actividad que había sido propuesto para la salida: una gía donde se consignarían todas la sensaciones, olores, sonidos e imágenes, que cada uno de los integrantes percibieran durante el camino de la ciudad a la parte rural, y de ésta al nacimiento del río. Además la guía incluía realizar un mapa del recorrido, y algunas recomendaciones para próximas salidas.
A las 7:00 partimos y se dió por comenzada la actividad. En el camino se observaron los cambios que existen entre la ciudad urbana y la ciudad rural; «Las edificaciones comienzan a ser más escasas, los ruidos de autómoviles son remplazdos por el de los grillos y los pájaros, las zonas verdes predominan y se respira un aira más fresco». Cuando llegamos a La Pradera, y comenzabamos el camino por la zona rural de la ciudad, acordamos realizar un minuto de total silencio y contemplar el sonido de la naturaleza: el canto de grillos y pájaros formaban una melodía única que hacía sentir una sensación de relajación y tranquilidad.
En este recorrido se ve con tristeza, como el caudal del río ha venido dismuniyendo considerablemente, pues se observa el lecho arenoso por donde anteriormente corría el agua y por donde ahora solo queda el rastro. Para colmo, se detalla como se realizan en este sitio una tala indiscriminada de árboles, sobre todo en la orilla, contribuyendo de esta manera a que el problema de la disminución del cause del río aumente.
Pese a que esta zona aún predominan los paisajes naturales, y una vegetación extensa, si se vislumbró como a lo lejos se realizaban quemas con el fin adecuar terrenos para el cultivo.
Despues de recorrer por varios minutos, llegamos a un lugar donde se nota el nacimiento el río (no el lugar donde real donde nace el río), y detallamos como pequeños chorros de agua corren por una espesa capa de plantas formadondo caminos que sigen una trayectoria.
Luego de avanzar unos pocos metros, decidimos ponerle fina nuestro recorrido y realizar allí la actividad propuesta; el lugar era muy apropiado para ello: había sombra y el sonido natural de la naturaleza. Se reunieron los grupos y resolvieron la guía. Después comenzó el camino de regreso.
Este fue divertido y agradable, pues entre los integrantes se escuchaban conversaciones de cómo se había sentido con la actividad, como les había parecido el paisaje y la caminata, cómo estaban se sentián interiormente, con cansanción con hombre....
Cuando llegamos a Club de CENS, casi llegando ala ciudad urbana, realizamos una parada y allí, después de tomar unas onces, se reaizó la socialización d ela actividad realizada: cada lider de grupo expuso su trabajo y dio sus opinión sobre lo echo en la mañana.
Terminada la socializació, los integrantes del grupo jugaron por un momento un peuqeño partido de microfutbol, y con esto se concluyó la actividad del día.
Fotos: Otilio Arévalo Ropero.